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Cognitive Impairment of Cortical Cognitive Superior Functions in Brain Trauma

Enviado por admin el Sáb, 05/06/2017 - 01:07
Fredy Rivera C. PS
Tipo: 
Review Article
ABSTRACT (English): 

 

The presence of neuropsychological alterations in the mental status of patients with brain traumatic injury (BTI). Are characteristic of the disease and are considered as focal symptoms or isolated deficits. In frequency in the BTI. There is a usual way of presenting cognitive impairment. The alterations of the prefrontal cortex and the irregularities of the superior order of the behavior are one of the first psychopathological manifestations of BTI. From the neuropsychological point of view, frontal lobe functions, given their high level of cortical integration and control of other cognitive functions, are difficult to evaluate directly. Some of the earliest evidence comes from the well-known case of Phineas Gage (Harlow 1848-1868), who survived the accident he suffered living until he was 38 years old with the iron rod that pierced the front of his brain and went through the Head, had no obvious neurological deficits, no sensory or motor loss, and was able to speak coherently even after the accident. As the acute effects of the injury diminished, his behavior changed completely, he showed irresponsible, disorderly. The regulation of his behavior was affected by his accident.

 

ABSTRACT (Spanish): 

 

La presencia de las alteraciones neuropsicológicas del estado mental de pacientes con T.E.C. son propios de la enfermedad y se consideran como síntomas focales o déficit aislados. En frecuencia en los T.E.C. existe una forma habitual de presentación del deterioro cognitivo. Las alteraciones de la corteza prefrontal y las irregularidades del orden superior del comportamiento son una de las primeras manifestaciones psicopatológicas del T.E.C. Desde el punto de vista neuropsicològico, las funciones del lóbulo frontal, dadas sus características de elevado nivel de integración cortical y control de otras funciones cognitivas, son difíciles de evaluar de forma directa. Alguna de la evidencia mas temprana proviene del conocido caso de Phineas Gage (Harlow 1848-1868), quien sobrevivió al accidente que sufrió viviendo hasta sus 38 años de edad con la barra de hierro que le atravesó la parte frontal del cerebro y salió por la parte superior de su cabeza, no presentó deficiencias neurológicas obvias ni pérdida sensorial o motora y era capaz de hablar coherentemente incluso después del accidente. Conforme disminuyeron los agudos efectos de la lesión, cambió su conducta por completo, se mostró
irresponsable, desordenado. La regulación de su comportamiento fue afectado por su accidente.